Ya es paradójico que al mismo tiempo que se monta tremenda polémica porque un autor ha escrito un libro sobre un tipo que asesinó a sus propios hijos, hasta el punto de que de momento ese libro no ha podido ser publicado debido a la escandalera, como digo al mismo tiempo la serie más vista, la más loada, la más publicitada, la que todo el mundo recomienda que se vea en las escuelas, en los institutos, que la vean los padres con sus hijos, en fin, el summum de las series, esté también basada en un crimen real que impresionó vivamente al guionista e intérprete Stephen Graham, que hace del padre del asesino. En palabras del propio Graham: "Hubo un incidente en el que supuestamente un niño apuñaló a una niña. Me impactó. Pensé: qué está pasando? Qué está pasando en una sociedad en la que un niño apuñala a una niña hasta la muerte? Cuál es el incidente que lo incita?" Vamos, muy probablemente las mismas preguntas que se hizo Luisgé Martín sobre qué pasa en la mente de un padre para acabar cruelmente con la vida de sus hijos, qué clase de odio terrible tiene que sentir para llegar a hacer una cosa así. Bueno, pues mira por dónde los autores de la serie son aclamados por el público, por los medios y por la crítica mientras que a Luisgé Martín más de media España quiere verlo muerto, su obra prohibida y la editorial arruinada. Esta es la sociedad hipócrita e idiotizada que tenemos.
Que digo yo que la niña muerta en Reino Unido a manos del chaval también tendría padres, igual que el mismo asesino, y para ninguno de ellos debe de ser agradable que su historia se haya convertido en un boom mundial, aunque en este caso cambien los nombres, pero las familias saben perfectamente que es el caso de su hijo y de su hija. En fin, lo dicho, la sociedad que tenemos.
Para mí la serie ha sido un bluf total. Ya me lo estaba temiendo porque tanto bombo y tanto platillo a mí normalmente me terminan decepcionando. Y tal como imaginaba todo ese bombo viene de lo que ya suponía: el enésimo mensaje sobre lo peligrosísimas que son las masculinidades tóxicas que se van extendiendo entre la gente joven. Hace unos días de hecho escribí en mi blog Arfondoalaizquierda un post sobre este asunto y sobre la turra impenitente que nos dan a diario con el temita de marras.
Vamos, como si que los chicos asesinaran a las chicas fuera el pan nuestro de cada día que ocurriera en los institutos prácticamente cada semana, en lugar de ser afortunadamente un suceso puntual que precisamente por su escasa frecuencia se convierte en noticia espeluznante. Del mismo modo que la mayoría de los padres no van por ahí asesinando a sus hijos y lo de Bretón también es una excepción que pone los pelos de punta al común de los mortales. No son hechos que ocurran a diario ni con una periodicidad verdaderamente alarmante. En cambio sí es mucho más preocupante y frecuente el bullying en las escuelas y los institutos, y curiosamente sobre ese asunto la serie pasa de puntillas sin darle mayor importancia. Lo que le parece a los autores peligrosísimo es lo de las masculinidades tóxicas, lo de los incels y los misóginos. Como si antes de que se pusieran de moda estos temas no hubiera decenas de tarados que perpetraban matanzas en las escuelas, como si nunca hubiéramos tenido noticia de los distintos Columbine que cada X tiempo nos llegan desde Estados Unidos fundamentalmente y que no tienen nada que ver con la misoginia ni con todo ese rollo. Sin embargo la cantidad de suicidios que provoca el acoso escolar, eso no parece preocuparle demasiado a esta gente. Y no solo los que terminan suicidándose sino los que sufren terriblemente a diario que no llegan a tal extremo pero que son objeto permanente de burlas crueles, insultos de todo pelaje y a menudo también golpes. Pues nada, lo realmente alarmante es la manosfera. Qué pereza, diooooooossss!!!
Por otra parte los adolescentes han sido, son y serán siempre bultos sospechosos per se. No los entienden ni los niños ni los adultos, básicamente porque el nivel de imbecilidad en esa etapa de la vida es de tal calibre que es imposible entenderlo desde ninguna otra. Yo ahora mismo estoy trabajando en la biblioteca con una serie de libros escritos para ese público justamente y veo con claridad que las propias autoras que los escriben (porque casi todas son mujeres) parten de la base de que sus lectores son idiotas. Y efectivamente lo son porque además están en la edad de serlo. Y si a eso le unes la existencia de las redes sociales, esos retos virales absurdos que se difunden por Tiktok, la necesidad que tienen de integrarse entre esa manada de becerros que los llevan a cabo, ya tenemos el pack completo.
Pues eso, que estamos ante otro producto más con todos los componentes ideológicos favoritos de la factoría Netflix. Solo le ha faltado alguna alusión a la catástrofe climática para ser "perfecto". Sí les reconozco a Barantini y a Graham, director y guionista respectivamente, la clarividencia de percatarse de que este tipo de historias vuelven loca a la peña y se convierten rápidamente en productos de masas. Los padres, eso es así, están preocupados por sus hijos adolescentes, sobre todo porque se mueven en un mundo digital que a la mayoría de los adultos nos resulta desconocido y nos asusta, y eso lo han sabido ver perfectamente los creadores de la serie. Y además han escogido a Owen Cooper, un actor con carita angelical, que es el último niño sobre la tierra que una se imaginaría apuñalando a una compañera de clase. Muy bien seleccionado para impactar todavía más, porque tengo entendido que el chaval que protagonizó los hechos en la vida real no tenía ni mucho menos ese aspecto de criatura celestial.
Sí me han hecho mucha gracia los comentarios sobre los famosos planos secuencia. Hasta mi hijo me dejó boquiabierta cuando me lo comentó. Pero desde cuándo sabe este muchacho algo de técnica cinematográfica? Luego vi que es que era vox populi y que por lo visto eso había impresionado un montón a la gente. A mí personalmente me marea muchísimo esa cámara que está todo el rato moviéndose de un lado para otro y cruzándose con los distintos personajes, pero pa gustos colores. Y bueno, gracias a la serie ya sabe toda la audiencia lo que es un plano secuencia. Ea, todos los días se aprende algo nuevo y no hay mal que por bien no venga, y a ti te encontré en la calle.