miércoles, 8 de enero de 2025

Desde dentro (Miniserie), by Steven Moffat

La verdad es que cuesta creer que Steven Moffat, el de Sherlock, haya podido idear esto, que para mí es un producto fallido, y encima con pretensiones.

La serie pintaba bien en el primer episodio: humor negro con tintes surrealistas, una víctima con tintes de psicópata, un verdugo con tintes de víctima, un condenado a muerte con tintes de Sherlock Holmes, un inseparable Watson con tintes de grabadora humana... En fin, que la cosa prometía. Pero ya se sabe, en esta vida todo es prometer hasta meter.

Moffat parte del principio de que cualquiera puede ser un asesino en un momento dado, y el personaje de Stanley Tucci (lo mejorcito de la serie junto con su inseparable grabadora humana) es el encargado de demostrarlo. Pero resulta que cuando termina la serie lo que queda demostrado es justamente todo lo contrario. Que salvo que vivas en un disparate permanente y tomes un montón de decisiones delirantes una tras otra llegar al asesinato es bastante complicado.

Porque todos y cada uno de los hechos que llevan al amable pastor a convertirse en un enloquecido aspirante a asesino son una retahila de situaciones imposibles que hacen que la trama haga aguas por todas partes. Es un desbarre tras otro que ya al final llega al culmen del espantajo. 

Lo único que merece la pena y salva un poco la serie son las escenas en las que salen Stanley Tucci y su compañero grabadora y las de Dolly Wells, que interpreta a Janice, la víctima psicópata. El resto se hacen sumamente pesadas, particularmente en el último episodio, en el que se supone que la acción debería agilizarse, y de repente se ralentiza inexplicablemente y aparecen una serie de diálogos interminables entre unos personajes y otros que hacen que te den ganas de pegar el apagón y pasar del desenlace.

Y la verdad, si lo haces tampoco te pierdes gran cosa porque el humor negro del principio se convierte en humor gore y termina jodiéndolo todo.

En definitiva, que esto es una gran chorrada de las que hacen temporada.


viernes, 3 de enero de 2025

La chica de nieve (Miniserie), by Jesús Mesas Silva y Javier Andrés Roig

Quiero aclarar que, al ser esta una adaptación firmada por Jesús Mesas Silva y Javier Andrés Roig de una novela homónima de Javier Castillo, no tengo nada claro quién es directamente responsable de cada despropósito, espanto y locura del argumento. 

Verdaderamente no quisiera ser injusta. Cada cerdo que cargue con su Sanmartín.  Lo que sí sé seguro es que por lo menos el autor de la novela no es responsable de la elección de Milena Smit y Coronado como protagonistas, lo cual ya le da muchos puntos. 

Porque si bien lo de Milena me importa un huevo porque no soy fan y que hayan elegido a una tía con la misma expresividad facial que un búho momificado ni me va ni me viene... que a Coronado, a mi Jose Coronado, lo hayan elegido (y ojo, él haya aceptado) para hacer de chimpancé de ese búho disecado, eso sí que me duele en el alma. Algo aquí se me ha escapado. Qué te han hecho, Coronado?

Lo tenía que decir y lo he dicho.

Y una vez desfogada, que no me lo podía guardar porque reviento, paso a enumerar las cosas que he aprendido viendo esta serie: 

1. Si se te pierde un niño en la plaza principal de una gran ciudad llena de cámaras despídete de él para siempre porque ninguna cámara captará el momento. 

2. La policía es cada vez más tonta y los becarios de periodismo cada vez más lumbreras. 

3. Las agresiones sexuales ya no son agresiones si no hay burundanga de por medio. Parece que si violan a una estando simplemente borracha o drogada por su santa voluntad la violación es como de menor categoría. Si tienes que meter una violación en una historia con burundanga siempre.

4. Si se te pierde un niño en la plaza principal de una gran ciudad con toda probabilidad tu mejor amigo es un pederasta, científicamente probado.

5. Una familia con hijos adolescentes, perros y una casita perfectamente acondicionada puede vivir tranquilamente en el campo sin mantener contacto con absolutamente nadie durante años sin que en el entorno rural nadie se percate de que existen.

6. La mejor manera de salvar a un niño de su enloquecido secuestrador es perseguirlo a toda velocidad por carretera, porque seguro seguro seguro que el chiquillo así no corre ningún peligro.

7. Si desaparece súbitamente un empleado de banca y la última cita que tenía apuntada en su agenda es la casa de un moroso ni se te ocurra pedir una orden de registro de la casa al juez. Limítate a mandar a unos agentes de forma testimonial, que le pregunten si pasó por la casa. Y hasta luego Lucaaaaarl.

8. Todo lo que te han contado de Málaga no tiene nada que ver con la realidad. Es una ciudad donde no para de llover jamás. Galicia a su lado es puro secano.

9. Y lo más importante, si alguna vez secuestras a alguien y pasan años y milagrosamente nadie te ha pillado no olvides mandar vídeos con todas las pistas posibles a un periodista random que hayas visto por la tele y te haya caído en gracia. Eso demuestra que en el fondo, pese a ser un cochino secuestrador, eres buena persona. Y qué coño, en el más allá esas cosillas cuentan.