Vaya, tenemos novedades! Por una vez los díscolos y drogadictos no son los niños sino el profesor; y por una vez la redención no viene de la mano del docente blanco de clase media sino de una alumna negra de familia desestructurada. No está mal.
Y es una pena porque de una gran idea y de unos personajes tan interesantes podría haberse conseguido algo más coherente y menos disperso. Es el guión el que falla porque no termina de definir a ninguno de los protagonistas. No se entienden muy bien sus reacciones ni el por qué de las relaciones que entablan. Se insinúa levemente un matiz erótico en la historia entre el profesor y la alumna, un cierto enamoramiento mutuo pero se deja totalmente en el aire, como si algo tan políticamente incorrecto no pegara en el contexto.
Sin embargo he hecho un gran descubrimiento: Ryan Gosling. Impresionantes el carisma y la vulnerabilidad que imprime al personaje del yonki. Con profes como ése es fácil enamorarse.
No llega al aprobado por lo desmadejado e incoherente del guión pero es una historia interesante aunque muy desaprovechada. Eso sí, a Gosling merece la pena verlo.
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