Lo ha intentado, y la intención ha sido buena, pero le falta casi todo. Para empezar, le falta credibilidad. Aunque algunos hayan dicho que es un reflejo de la vida tal cual es, yo me pregunto: de la vida de quién. Aquí hay gente que ha comentado que es como si su padre o su hermano cogiera una cámara y le grabara en su día a día. Vale, y ahora a ver, quién en su día a día nunca pone la tele, ni la radio, ni escucha un triste CD. Nadie, absolutamente nadie.
Bueno, yo entiendo la pretensión de este muchacho. Pretende narrar la soledad de estas personas y para ello los silencios son fundamentales y la tele, la radio o la música dan compañía, no le sirven. Pero es que entonces la soledad que nos narra es falsa, porque esos elementos están ahí y sirven de acompañamiento al discurrir de nuestras vidas. Es trampa. Todos podemos vivir la terrible noticia de un cáncer, el horror de un atentado, la preocupación por los hijos, etc., y llegar a sentirnos muy solos en nuestro dolor, pero a nuestro alrededor habrá siempre gente, ruidos, vida... De hecho, ése será el contraste con nuestra terrible soledad. En esta película, a pesar de los planos dobles y de los campos muertos y demás, no se ve lo fundamental, lo que es la vida real.
Lo único que me pareció mínimamente real fueron las reuniones familiares de Antonia con sus hijas. Esas rencillas entre hermanas, esos puyazos, esas indirectas tan finas... eso sí es realidad.
En definitiva, es una película curiosa y bien intencionada, pero tramposa. Sus silencios son tramposos, así como gran parte de sus escuetos diálogos; no tienen verosimilitud, y se supone que lo que se pretende justamente es relatar la realidad tal cual es, a pelo. Pues no, a mí no me convenció.
Bueno, yo entiendo la pretensión de este muchacho. Pretende narrar la soledad de estas personas y para ello los silencios son fundamentales y la tele, la radio o la música dan compañía, no le sirven. Pero es que entonces la soledad que nos narra es falsa, porque esos elementos están ahí y sirven de acompañamiento al discurrir de nuestras vidas. Es trampa. Todos podemos vivir la terrible noticia de un cáncer, el horror de un atentado, la preocupación por los hijos, etc., y llegar a sentirnos muy solos en nuestro dolor, pero a nuestro alrededor habrá siempre gente, ruidos, vida... De hecho, ése será el contraste con nuestra terrible soledad. En esta película, a pesar de los planos dobles y de los campos muertos y demás, no se ve lo fundamental, lo que es la vida real.
Lo único que me pareció mínimamente real fueron las reuniones familiares de Antonia con sus hijas. Esas rencillas entre hermanas, esos puyazos, esas indirectas tan finas... eso sí es realidad.
En definitiva, es una película curiosa y bien intencionada, pero tramposa. Sus silencios son tramposos, así como gran parte de sus escuetos diálogos; no tienen verosimilitud, y se supone que lo que se pretende justamente es relatar la realidad tal cual es, a pelo. Pues no, a mí no me convenció.
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